Espacio Chico Mendes

jueves, 31 de enero de 2013

Compartimos la nota realizada por nuestro compañero Ezequiel Acsebrud sobre el conflicto por el enrejamiento del Parque Centenario y publicada en el portal Marcha.


El parque tras las rejas

El parque tras las rejas
Por Ezequiel Acsebrud. Vecinos del Parque Centenario, en la ciudad de Buenos Aires, se movilizan en contra del proyecto del Gobierno de la Ciudad de instalar rejas perimetrales en uno de los espacios verdes más grandes de la ciudad. Represión y un revés judicial para Macri.

El lunes 28 de enero amaneció el Parque Centenario cercado con chapones en toda su circunferencia, sumado a un fuerte operativo de la Policía Metropolitana. La medida fue desplegada por el Ministerio de Espacio Público porteño con el fin de enrejar definitivamente el parque, regulando determinadas actividades y limitando su uso a horarios diurnos.
En octubre del año pasado hubo otro intento de enrejar el mismo, pero fue rechazado por la fuerte movilización de vecinos y organizaciones políticas del barrio que se juntaban todos los sábados en el mástil. A raíz de esto, las organizaciones estuvieron en alerta y alcanzaron a juntar 11 mil firmas solicitando al Gobierno de la Ciudad desistir de tal acción.
Además de las actividades típicas de esparcimiento de un parque, este sitio cuenta con numerosos puestos de venta callejera, feria de artesanías, proyecciones de películas y una importante huerta orgánica, abierta a la comunidad y en pleno crecimiento. Todos estos emprendimientos se encuentran en peligro por esta acción por parte de este dispositivo del Ministerio.
Como respuesta a las acciones del Gobierno de la Ciudad, distintos grupos se auto convocaron el mismo lunes contra esta medida y realizaron una asamblea y un corte en la esquina de Avenida Díaz Vélez y Leopoldo Marechal, donde se debatió un plan de lucha. Alrededor de las 20 horas fueron reprimidos por efectivos de la Policía Metropolitana y los detenidos llegaron a 22. Estos fueron trasladados a la comisaría de la Metropolitana en Barracas. Los grupos se acercaron a la comisaría a pedir la liberación de los mismos.
Por su parte, el oficialismo usó los argumentos de siempre para justificar la represión: que no son “vecinos”, sino “militantes políticos”, “manteros” y “vándalos” que quieren seguir usufructuando un espacio que es de todos los vecinos de la ciudad. También el Jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, mintió al afirmar que el Consejo Consultivo de la Comuna 6 había autorizado el cercado.
Una vez más, el martes 29 los vecinos y organizaciones que se oponen al enrejado volvieron a cortar la esquina de Díaz Vélez y Marechal y una vez más fueron reprimidos por la Metropolitana; esta vez con el saldo de tres personas detenidas. Y en el día de ayer se movilizaron al Ministerio de Espacio Público de la Ciudad para reclamar contra esta política. 
La medida adoptada por el Gobierno de la Ciudad se fundamenta en la petición realizada por la Asociación de Vecinos del Parque Centenario que reclaman el cerramiento del parque para disfrutar de lo que ellos consideran un “parque normal”.
El texto así lo define como “un parque sin linyeras acampando dentro de él. Sin impunes vendedores de drogas. Sin murgas y grupos de rock tocando, a todo volumen, hasta la madrugada. Sin jaurías de perros amenazando a los visitantes. Sin grupos de adolescentes robando a los transeúntes. Sin una feria ilegal de más de 800 puestos, impidiendo el paso de la gente por las veredas y los canteros. Sin monumentos destrozados y grafiteados. En resumen: un parque normal”.
El gobierno decidió apoyar esta decisión reforzando el discurso de los vecinos al justificar el rápido enrejado a partir de la existencia de ciertos “usos indebidos” dentro del parque como ser una huerta, gente viviendo en algunos sectores y, por supuesto el mismo discurso de la violencia y la inseguridad. La realidad es que esta es sólo una de las posiciones que existen en relación al uso que se le debe dar al parque.
Existen otros sectores cuya propuesta fue deliberadamente desoída por el nivel ejecutivo del Gobierno de la Ciudad. La Asociación Voluntarios del Parque Centenario presentó en el mes de noviembre al Consejo Consultivo de la Comuna 6 un plan de manejo del parque que incluye una mesa de diálogo para discutir la organización, cuidado y mantenimiento que no considera al cerramiento del mismo como una posibilidad para su cuidado.
Por otra parte, están los feriantes que fueron desalojados así como también vecinos y organizaciones que resisten desde agosto pasado el enrejado. En estos últimos meses, este sector ha logrado mantener una huerta orgánica, organizar proyecciones al aire libre y eventos culturales como la Feria del Libro Independiente y Autónoma. Desde este sector, el uso del parque con estas actividades formativas y culturales es la forma de llenar de vida el mismo.
Todo esto expresa diversos dilemas que no se resuelven con una mera consigna de “sí” o “no” a las rejas en el parque. En tal sentido cabe preguntarse, ¿cuál es el uso adecuado de un espacio público como un plaza o un parque? ¿Quién es el que decide acerca de estos usos? Y finalmente, ¿a qué lógica responde la decisión de enrejar el parque?
Expusimos que diferentes sectores proponen diferentes usos y tratamiento del parque, tanto de la función que debe cumplir como de su cuidado y mantenimiento. El Gobierno se ha hecho eco de tan sólo una de las voces presentes, y no por casualidad. La ciudad cuenta con aproximadamente 250 espacios verdes; en la última década se han cercado 85 de ellos. Los vecinos denuncian que detrás de las rejas se encuentran los intereses privados de concesionarios que podrían obtener sectores del parque para distintos negocios, de acuerdo a las últimas normativas sancionadas por la Legislatura porteña en el 2012. Acompañado de este proceso de privatización del espacio público se viene desarrollando una forma específica de habitar Buenos Aires. La especulación inmobiliaria que ha devenido en la construcción indiscriminada de edificios con capacidad de albergar a miles de personas propone que sólo viva en Buenos aires cada vez una menor cantidad de gente que pueda acceder a dichas construcciones. Mientras tanto, los desalojos están a la orden del día llevando las causas para su ejecución a velocidades inusitadas para la Justicia argentina.
Todo esto produce una lógica expulsiva, una ciudad para pocos, una ciudad privatizada, donde la vida cotidiana se desarrolla en el espacio privado y donde absolutamente todo lo que es considerado un derecho social es privatizado.
Por lo pronto, el enrejado ha sido frenado por la polémica generada, hasta que se le presente a la jueza Andrea Danas un detalle de las actividades que se desarrollarán en el parque. A partir de esta medida el Gobierno de la Ciudad debe mantener las obras tal como están hasta ahora, es decir que no puede avanzar con el enrejado.   
Los vecinos y sectores que se oponen al enrejado y proponen una plaza pública, de libre acceso y para la comunidad, organizan este jueves 31 a las 13 horas una jornada cultural en Defensa de lo Público, que contará con diversas actividades artísticas y culturales contra esta medida autoritaria del Gobierno de la Ciudad.

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