Por Pablo Solana.
Publicado en marcha
El
periodista Darío Aranda tuvo que difundir por sus propios medios los
párrafos que el diario Página/12 recortó de sus coberturas sobre el
asesinato de Cristian Ferreyra. La Agencia oficial Télam eligió difundir
la versión policial para convertir el crimen político en una “pelea
entre vecinos”.
“La censura no existe, mi amor… la censura no existe… la censura no…
la censura… la…” cantaba Juan Carlos Baglietto en sus años mozos, y en
efecto, en este caso... lo cierto es que Darío Aranda, especialista en
la problemática campesina del diario Página/12 y autor del libro
“Argentina originaria, genocidios, saqueos y resistencias”, no tuvo más
remedio que apelar a su correo electrónico para difundir los párrafos
que el diario excluyó de sus artículos sobre el asesinato en el monte
santiagueño.
“La nota que hoy aparece en Página/12 –por el sábado 19- con mi firma
no se corresponde con la que escribí” dice el periodista, en referencia
a este artículo: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-181602-2011-11-19.html
. Y explica que, a pesar que haber acordado con el editor la versión
completa, borraron sin avisarle el primer párrafo, “lo más importante de
una nota periodística”, agrega. El señalamiento por parte del MOCASE al
gobernador Zamora y las responsabilidades, en boca de la organización,
que incluían al gobierno nacional, parecen ser el motivo del recorte
editorial de Página/12, si vemos extracto que Aranda después rescató del
tijeretazo para difundir por correo electrónico: “El Movimiento
Nacional Campesino Indígena (MNCI), donde militaba Ferreyra, enumeró
cuatro niveles de responsabilidad: el modelo agropecuario, el gobernador
Gerardo Zamora, el Poder Judicial provincial y el Gobierno Nacional.
Desde la puerta de la Casa de Santiago del Estero en Buenos Aires el
vocero del MNCI, Adolfo Farías, fue explícito: “Hacemos público que
vamos por el Gobernador, es el responsable de las represiones. No habrá
más asesinatos en el monte santiagueño”. También hubo marchas en
Santiago y Córdoba.”. Aún asumiendo que la empresa periodística puede
editar su artículo y eso es parte de las reglas del juego de la política
editorial, Aranda agrega: “Un derecho básico de los periodistas es
tener la posibilidad de retirar la firma. No me han respetado ese
derecho”.
Ya el día anterior, el gobernador santiagueño había recibido otro
manto de piedad editorial de parte del mismo diario, también a través
del ejercicio de la tijera sobre otra cobertura del mismo periodista.
Allí, el párrafo que no se pudo leer en el artículo del día, fue el
siguiente: “El gobernador Gerardo Zamora, que no respondió los llamados
de este diario, va por su segundo mandato y denominó a la provincia como
la “capital nacional del kirchnerismo” luego de obtener en las últimas
elecciones el 82 por ciento de los votos. Se autodefine “radical k”. El
Mocase lo señala --en cuanto a la represión al campesinado-- como la
continuidad del juarismo”.
Pero si la forma en que Página/12 eligió dar cobertura al crimen del
integrante del MOCASE habilita una polémica, los cables de Télam van más
allá. Es costumbre de la agencia oficial de noticias evitar cualquier
referencia crítica a funcionarios o políticos alineados con el gobierno,
y eso expresan los primeros cables que se refieren al hecho: aún cuando
reproducen el testimonio del MOCASE, esquivan las menciones a las
responsabilidades que se le atribuyen los funcionarios provinciales (http://www.telam.com.ar/nota/7599/).
Pero el cable que más llama la atención es el del día viernes, después
de la movilización donde la organización campesina hizo mención
explícita al gobierno nacional. A partir de entonces, la palabra que el
gobierno eligió pronunciar, a través de su agencia de noticias, llevó
implícito un cambio de enunciador: ya no reflejaron la voz de los
campesinos que padecieron la represión y la muerte, sino la de la
policía local, asociada a los empresarios sojeros (http://www.telam.com.ar/nota/7745/).
“La muerte de un campesino en Santiago del Estero fue por una disputa
entre vecinos” titularon, rebajando un crimen político a un hecho
policial -doméstico casi- y replicando en idéntico tono una frase de
triste pasado: nueve años atrás se amplificaron hasta el absurdo otras
palabras policiales para convertirlas en el relato falsificado de los
hechos que tantos medios legitimaron. “Se mataron entre vecinos” dice
hoy la agencia oficial Télam sobre el crimen del campesino del MOCASE
reproduciendo la voz del comisario santiagueño, de la misma forma que
Clarín y TN dijeron hasta el cansancio, en 2002, “se mataron entre
piqueteros” amplificando la voz del comisario Fanchiotti, hoy condenado a
perpetua por los asesinatos de otros luchadores sociales, en la Masacre
de Avellaneda.
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